La primera fase es simple: Mi versión de lobo exagera la estructura del cómic animado, cuerpo extremandamente musculoso incluyendo lo básico, cadenas, calaveras y clavos.
Segunda fase: Torbellino de testosterona. Añadimos pelos y el detalle del cigarro.
Tercera fase: El cliché del tatuaje extenso. Nunca falla. La relación visual no tiene pierde y es directa. Tatuajes = violencia.
Fase cuatro (y prescindible): Sangre. Yo me quedo hasta la fase 3. Pero la sangre hace pasar la ilustración hacia el lado gore. Todo lo que viene después será un añadido gracioso pero no esencial.
Lobo, el último czarniano, es un antihéroe de la DC comics partícipe de varias historietas algunas de ellas con la destacable participación del artista Sam Kieth.
1 comentario:
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